Tomar distancia, descansar y allí apareció: «Don’t call me bossy»
Y finalmente llegó el momento de las vacaciones: esas tan merecidas y poco permitidas. Si no me equivoco, hace más de 3 años que no me tomaba un descanso de verdad. Un espacio pensado para descansar en total oposición a los sabios consejos que mi socio Gonzalo Costa ha compartido en su blog Latam.VC
Es así que reservé una semana en una ciudad en la que no hice ninguna reunión bajo el conocido dicho popular: “y, ya que estoy acá me reúno con fulano». Esta vez mi valija solo tenia un traje de baño, mi ropa de tenis, un solo vestido para un par de salidas –total no me conoce nadie- y el reemplacé el reloj por mi Fitbit!
Este descanso coincidió con la semana del Día de la Mujer. En el viaje de ida obtuve la edición del WSJ y allí me encontré con una nota que no pude evitar guardar, hasta la vuelta y que me sirvió como disparador de este post: “Don’t call me bossy” o No me llames mandona!
Esta nota donde podemos conocer cómo fue la vida en el colegio de de Sheryl Sandberg –COO de Facebook y founder de LeanIn- y Anna Chavez -CEO de Girls Scout en USA- sentí que estaba contando mi historia. ¿Coincidencia?
Sheryl cuenta que cuando era niña, en lugar de jugar con sus vecinos, ella organizaba el juego, para que ellos, junto a sus hermanos, jugaran. Desde muy chiquita, disfrutaba hacer las veces de organizadora, proponía la forma de organizar sus juguetes y los de sus hermanos, las actividades en el club y en el colegio. Tanto es así, que una maestra le recomendó a una de sus compañeras que se busque una mejor amiga que Sheryl, que sea mejor influencia para ella, ya que Sherly era “muy mandona”
Por su parte Anna, cuenta que en su barrio, la regla era: los varones toman decisiones y las mujeres juegan un rol de soporte. Cosa que Anna no aprobó desde el prinicipio. Y que uno acontecimientos más reveladores, y que terminaron marcando su personalidad, fue cuando la mamá de un compañero de colegio le dijo a su padre, que era inapropiado que su madre tenga que correr para dejarla en el colegio y llegar a la oficina; su padre – afortunadamente- respondió que él estaba muy orgulloso de su mujer.
A pesar de que tanto Sherly, como Anna, como yo y, como muchas de ustedes, provenimos de diferentes culturas, países, culturas y religiones, también escuchamos los mismos dichos: Don’t be bossy, don´t raise your hand too much. Keep your voice down. Don´t lead y también tuvimos o tenemos un padre y/o un marido, pareja o amigo, que esta orgullos de nosotras por lo que hacemos a nivel profesional.
Cuanto camino se ha recorrido, cuanto nos queda por recorrer.
Las mujeres que nos animamos alzar nuestra vos y nuestra mano y, a tener el coraje de decir que no es que seamos mandonas, sino que tenemos buenas ideas y buenas intensiones, son las que tenemos la responsabilidad de construir este nuevo paradigma, en donde las grandes decisiones también pasan por nosotras.
Aprovechemos ahora, que tenemos viento a favor: ¡Hasta el gigante del mundo digital, Google, ha decidido invertir en nosotras!